El teléfono verde

Le gustaba ayudar.

No era la más apropiada, se dijo, ni la experta, ni la profesional... Pero algo podía hacer. Podía seguir estudiando y ejerciendo de voluntaria. Siempre con profesionales aptos, no con esa gente que no tiene empatía e impone sus gustos y criterios sin permitir a los demás hacer su vida... Lo mejor, el teléfono anónimo, hablaría y ayudaría, intentaría ayudar a encauzar, aliviar, socorrer o poner en contacto con profesionales especializados... 

Y se apuntó. Seguía con farmacia, y entre fórmulas, la ayuda. Hablaba con adolescentes, jóvenes, mayores, mujeres abandonadas, hombres desesperados, rehabilitados, ex criminales que no encontraban ayuda, drogodependientes... Pero un día oyó su voz: "yo quise eliminarla...y casi se elimina... Fui culpable de que se sintiera mal... Y no hice nada...". Y le reconoció...

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