Introducción

Triste y aturdida, ya no sabía qué hacer. Era un fracaso, una decepción, había invertido tanto esfuerzo y decepción que ya no estaba motivada para nada más. Y esa última borrachera, ese abuso de alcohol y pastillas, porque horas antes había tomado un par de valiums que seguramente habían caducado, y, mezclando con ese whisky, bueno no era. Salió de urgencias, triste y desolada, aunque en parte, alegre por haber sido sólo un exceso más que dejar en el pasado. 

Llegó a casa, y soltando su melena al viento, se miró al espejo. Era joven y bonita, inteligente, pero esa aventura le había hecho mucho daño. Y sollozando, por lo que había hecho, se sintió culpable de haber querido matarse. 

"Al menos no me dio por cortarme o dañarme"- se dijo, recordando el capítulo de "El artista del hambre", capítulo de CSI, que tanto le había emocionado.

Entonces, miró la ventana. Estaba abierta, y mostraba la playa, la arena, el mar azul en calma. Y se preguntó y autoafirmó que debía cambiar, tomar otro camino. Varios. Pensó alternativas. Esta vez, no sería quién le llamase y suplicase, ni volviese a sus clases de coctelería, ni flirtease con él, ni tomarse copas  para acostarse juntos y aguantar sus críticas hirientes una vez esfumada la pasión semanal tóxica que no podía evitar sentir hacia él. No, ya no acudiría. Ya no quería volver a sentirse mal, ni repudiada, ni tomar tanto alcohol, ni volver a vivir este episodio de tristeza, valiums, alcohol, urgencias y recuperación. Dejaría los bares, los pubs. Ya no quería ser camarera por mucho dinero que ganase, acabando siempre en excesos y falta de sueño, por combinar sexo, trabajo y estudios con falta de buenos hábitos. No quería la vida de la noche.. Y se dijo:

" ¿Y si fuera...?"

Comentarios

Entradas populares de este blog

Guía de turismo

Doctora

Arquitecta?????