Y si fuese millonaria

Decidió que buscaría la forma de volver a su anterior vida de millonaria.

Atrás quedaría esa basura gritona, maltratadora, alcohólica por la que sólo sentía pena... Ella no era así, y prefería vivir bien. Venía de familia rica, y estas aventuras y momentos de rebeldía ya no le aportaban nada. Mejor volver a una vida aburrida según ella, pero más estable y quizás, productiva.

Volver a llevar Manolo Blanick, Carolina Herrera, Tentazioni, Hugo Boss y ropa interior de Intimissimi. No rebajarse a ir con gente que al final, ni le aportaban nada, ni satisfacciones sexuales, ni amistad ni consideración, y volver a relacionarse con las amigas de San Cayetano, que, aunque consideraba a muchas tontas por no haber ido a la Universidad, no eran malas. Se planteó retomar la carrera de Educación Especial, algo que le gustaba y que, además, quedaba bien no sólo socialmente sino laboralmente (porque mucha gente lo hace por apariencia aunque luego no trabajen de ello). 

Se acordó de ese chico bien de papás millonarios con chalet en Felanitx, una posesión reconvertida en mansión, y quizás no era mala opción citarse con él, cuando tuviera nuevo vestuario. Quizás quedar para comer y tomar una sopa y que viene que era una mujer bien que le convenía, y llevar una vida millonaria con él, trabajase o no. Como la rubia de la película madrileña, pero, esperaba, sin internamiento psiquiátrico de por en medio. Estudiaría algo más si no trabajaba. Y se quedaría embarazada en la primera relación sexual que tuviese, y se tendrían que casar, para quedar bien con las familias. Ya se apañaría que el divorcio fuese cuando los niños fuesen mayores y a través de una infidelidad de él que ella pagase, para después poder quedarse con los bienes...

Un poco maquiavélico, pero a algunas les había funcionado...